SU LUGAR DE NACIMIENTO
San Bartolomé, a quien el evangelio cuenta siempre en el sexto lugar en el número de los doce apóstoles (Mt,10, 3; Mc 3, 18; Lc, 6,14) y en séptimo lugar en la lista de los hechos de los apóstoles (Hech, 1, 13) nació en Canà de Galilea, hijo de Tolmai que era pescador, de condición tan humilde como todos los apóstoles, aunque San Agustín no lo incluye en la lista de los apóstoles, alegando erróneamente que era doctor de la Ley, razón por la cual Jesucristo no lo hubiera escogido por discípulo suyo, ya que su designio era escoger a gentes sencillas al propagar la verdad y demostrar, así, que estaban inspirados por el Espíritu Santo y que su misión era divina.
SIGNIFICADO DE SU NOMBRE
Dibujos 2,3,4 y 5
Dibujos que representan a San Bartolomé Apóstol.
El nombre de Bartolomé es un patronímico como lo da a entender su propio nombre; porque Bar en hebreo significa lo mismo que hijo, en este caso es Bar: hijo, Tolomeo: Tolmai, y Tolomeo significa: Cultivador y luchador, entonces el significado completo del nombre Bartolomé es “hijo de Tolmai” en arameo.
El nombre de Tolmai aparece en el Antiguo Testamento en el libro bíblico de Números 13, 23 y en el segundo libro de Samuel 3, 3; y el historiador Flavio Josefo lo cita con el nombre griego de Tholomaios (Libro de antigüedades, XX, 1,1).
¿El nombre de San Bartolomé, y el de Natanael que menciona el apóstol San Juan en su Evangelio designa a una misma persona?
Si, ya que en el Evangelio de san Juan aunque no menciona explícitamente a san Bartolomé pero si lo señala por dos veces en la presencia cerca de Jesús en persona de un discípulo con el nombre de Natanael, nombre derivado también del arameo, que quiere decir; “Don o regalo de Dios”. Parece ser que Bartolomé es un sobre nombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre de Natanael.
Por mucho tiempos se planteo la cuestión de saber si Bartolomé y Natanael son el mismo personaje y esta identificación es verdad, puesto que Bartolomé es un simple patronímico como Barrabbas o Bar-Jonás (“Hijo de Abbas o de Jonàs), que puede usarse solo, pero supone, naturalmente, nombre un propio. Pero además, esta identificación es muy probable porque la vocación extraordinaria de Natanael, consignada en el cuarto Evangelio, es muy clara.
A continuación del relato de su primer encuentro con Jesús, San Juan introduce a nuevos personajes que comienzan a relacionarse con el joven Maestro, y uno de ellos debió ser San Bartolo (nombre personal apocopado como también se le conoce a San Bartolomé), por que San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe lo colocan siempre como compañero de Natanael.
LA VOCACIÓN DE SAN BARTOLOMÉ
La identificación entra Natanael y Bartolomé esta oficializada en la Liturgia católica. Su fiesta es el 24 de agosto y el Evangelio de ese día es Juan 1, 45-51, en el que se narra la vocación de Natanael a quien Jesús llama un israelita de verdad, en el que no hay doblez.
El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús fue para toda su vida una fecha memorable, totalmente inolvidable. El Evangelio de San Juan lo narra de la siguiente manera: Al otro día saliendo Jesús de Galilea se encontró a Felipe y le dijo: “sígueme”. Felipe se encontró a Natanael y le dijo: Hemos encontrado a aquel a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret, y Natanael le respondió: ¿Es que de Nazaret, puede salir algo bueno?, Felipe le dijo: Ven y lo veras. Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: He ahí a un verdadero israelita, en quien no hay engaño. Natanael le pregunta: ¿ Desde cuando me conoces?, y Jesús le respondió: Antes de que Felipe te llamara cuando tu estabas debajo de la higuera, yo te vi, entonces respondió Natanael: Maestro, tu eres el Hijo de Dios, tu eres el Rey de Israel”. Jesús le contesto: Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿Crees?, te aseguro que mayores cosas has de ver, veras a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre. ( Evangelio de Juan 1,43)
Felipe, lo primero que hizo al experimentar el enorme gozo de ser discípulo de Jesús fue ir a invitar a un gran amigo a que se hiciera también seguidor de tan excelente maestro. Era una antorcha que encendía a otra antorcha. Pero nuestro santo al oír que Jesús era de Nazaret (aunque no era de ese pueblo sino de Belén, pero la gente creía que había nacido allí) se extraño, porque aquel era uno de los mas pequeños e ignorados pueblecitos del país, que ni siquiera aparecía en los mapas. Felipe no le discutió a su pregunta pesimista sino solamente le hizo una propuesta: ¡Ven y tú mismo comprobaras que gran Profeta es!.
Fue este Santo apóstol uno de los que más mostraron su generosidad y se fue a seguir a Cristo.
Luego que fue llamado al apostolado, todo lo dejo, y nunca pensó en volver a tomar lo que una vez había dejado. Algunos otros apóstoles después de su vocación, volvieron al ejercicio de pescar, pero San Bartolomé no se aparto de su divino Maestro, siendo uno de los más ansiosos por acompañarle a todas partes, de los más concentrados en sus conversaciones, de los más atentos a sus discursos, y de los más adictos a su divina persona. Hacía fiel compañía a Cristo, y fue el más continuo testigo de sus milagros. En Caná, patria de Bartolomé, asistió Jesús con su madre a una boda y en presencia de los invitados y de sus apóstoles, entre ellos San Bartolomé, fueron testigos del milagro que hizo convirtiendo el agua en vino. También se encontró presente en Cafarnaum cuando Jesús sano al criado del centurión; en Naim, cuando resucito al hijo de la viuda.
Hacía mucho tiempo que el Señor, acompañado de sus apóstoles, iba de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando sin cesar en las sinagogas. En una ocasión Cristo mando a sus apóstoles a predicar de dos en dos, fue nombrado san Bartolomé por compañero de san Felipe, y se mostraron como unos de los más celosos de la salvación de las almas. En todas partes predicaban las máximas evangélicas e invitaban a la penitencia, daban salud a los enfermos y lanzaban los demonios de los cuerpos. En fin, volvieron después gozosos de haber lanzado demonios y sanar de enfermedades incurables.
Fueron tres largos años de aprendizaje y convivencia con el Maestro, pero al llegar el momento en que tenia que sufrir Cristo, fue general la consternación en todos los apóstoles, aunque ya estaban muy prevenidos por todo lo que habían oído decir al Hijo de Dios acerca de su pasión. Con todo esto se llenaron de tristeza, de espanto y pavor. Sobrecogió tanto el dolor a Bartolomé al ver en ese primer viernes santo a su divino Maestro tan maltratado y muerto. Bartolo permaneció encerrado junto con los demás apóstoles por tres días, en la casa o el cenáculo, en donde se habían hospedado para derramar continuas lagrimas de dolor y pesar, pero estas fueron limpiadas con la resurrección del Salvador, y en aquel domingo de Resurrección por la tarde, Cristo se presenta resucitado y les dice a sus apóstoles: La paz sea con ustedes. Yo soy, no tengan miedo, mirad mis llagas.
San Bartolomé fue testigo ocular de la Ascensión de Jesús a los cielos y diez días mas tarde recibió el Espíritu Santo, quedando así lleno de los dones del Señor.
El Maestro había dicho que fueran a predicar su doctrina por todo el mundo, así que los apóstoles se dividieron entre si las provincias del mundo conocido, para dar a conocer el mensaje evangélico y de esta manera cumplir el mandato del Señor Jesús: “Ir por todo el mundo y predicar el Evangelio”.
LA MISIÓN DE SAN BARTOLOMÉ:
Según las actas de San Felipe, a San Bartolomé le toco predicar en Licaonia y en la Frigia (en Asia menor), y según el libro el Martirio de San Bartolomé (que es una pasión legendaria sobre el martirio del santo, que se encuentra en dos traducciones, una en griego y otra en latín), habría predicado en el Panto y el Bósforo; según otra tradición que se remonta a Panteno y recoge el escritor Eusebio en su libro de Historia, el apóstol habría predicado en las Indias Orientales, en donde habría llevado consigo el Evangelio de San Mateo escrito en arameo, después viajo a Etiopía y a la Arabia feliz, según referencias del historiador Rufino . Después paso a Mesopotamia, Persia y Armenia.
El santo apóstol extendió las luces de la fe e cristiana en todas los pueblos y ciudades por donde pasaba, realizando un sin numero de milagros atrayendo así mas adeptos a la obra de Dios.
San Juan Crisóstomo comenta que hasta los mismos incrédulos se admiraban de aquel repentino cambio de costumbres, y que en las regiones por donde transitaba San Bartolomé se miraba con asombro la pureza, la templanza y las demás grandes virtudes que resplandecían en los nuevos cristianos.
En cada una de las provincias dejaba operarios, consagrando diáconos, sacerdotes y obispos, formados de su propia mano para que continuaran y preservaran su obra.
Después de permanecer por un tiempo en este lugar paso a la Armenia, por que le habían dicho que ese lugar era el campo más fértil para ganar nuevos adeptos a la doctrina cristiana.
LOS MILAGROS DE SAN BARTOLOMÉ APOSTOL
Cuenta el testimonio de san Isidoro, Eusebio y Nicéforo, convertido luego en tradición de la Iglesia, que en una ocasión San Bartolomé Apóstol, habiendo predicado el Evangelio en Licaonia, paso a la India y después a Armenia, y en una ciudad de este lugar entro en un templo donde era adorado el ídolo de Astarot (también conocido como Astarté, uno de los tantos nombres que se le dan al diablo).
Estaban allí muchos enfermos esperando ser sanados por aquel demonio, el cual, por ser muy astuto, usaba el engaño con aquella miserable gente, permitiendo esto Dios por sus grandes pecados que cometían. El demonio a unos los cegaba, a otros los impedía de sus miembros, pies o manos, haciendo mil y un males mas. Después daba orden de que se los trajesen a su presencia en aquel templo, y sus sacerdotes le rogaban que los sanase, y el ídolo los sanaba de todo mal y aquellos que no podía curar se excusaba diciendo que era la culpa de ellos por no creer en el por lo que no sanaban. Además de estos engaños que hacia Astarot, daba también oráculos, avisando de cosas que habían de suceder, y como solo adivinaba al azar, a veces acertaba, en otras mentía, aunque nunca le faltaron modos para que aceptaran sus mentiras. Por todo esto era muy famoso aquel ídolo y gente de varias partes del mundo conocido asistían a recibir ayuda del ídolo, por lo que los sacerdotes obtenían miles de ganancias, y el mismo rey de Armenia, llamado Polemon, era muy devoto del ídolo aunque nunca le había podido sanar a su hija que había enloquecido. Llego San Bartolo a la ciudad y entrando en el templo, el ídolo enmudeció, sin proferir oráculos y sin volver a curar enfermos.
Habiendo visto esto los sacerdotes de Astarot, y sin poder consultar al ídolo sobre lo ocurrido, acordaron preguntar a otro ídolo que tenia un demonio llamado Berit, en otra ciudad cercana, sobre lo ocurrido con Astarot. Al preguntarle los sacerdotes porque Astarot no hablaba, el ídolo Berit respondió: Porque Bartolomé, apóstol del verdadero Dios, entro en esa ciudad y templo, y ahora tienen a Astarot encadenado con cadenas de fuego, porque Dios lo protege y ase oración cien veces al día y otras tantas a la noche, siempre lo veo acompañado de una prodigiosa multitud de ángeles que le escoltan y le defienden, por favor, ruéguenle de que no venga aquí, para que no me suceda lo mismo que Astarot.
Quedo el pueblo tan admirado de este testimonio y los sacerdotes buscaron varias formas de acabar con el, pero al llegar el testimonio de Berit a oídos del rey Polemon, quiso conocer personalmente al apóstol y le pidió que curase a su hija, cosa que el demonio no había podido porque era el demonio el que tenia poseída a la hija del rey, para así tener esclavizado al rey. La hija desde hacia tiempo estaba muy trastornada y hacia muchas locuras grandísimas: A manera de perro rabioso mordía y despedazaba todo lo que llegaba a sus manos, tanto que era necesario tenerla atada con cadenas. San Bartolomé la hizo llevar a su presencia, la desato de las cadenas y arrojo fuera de ella al demonio, quedando completamente sana, siendo esto de gran consuelo para sus padres, entonces San Bartolo llevo a toda la gente y al rey al templo del ídolo, en donde estaban los sacerdotes y estando todos callados se oyó una voz terrible y espantosa del mismo ídolo, que dijo:
Oh gente miserable y ciega, ¿Por qué me ofrecéis a mi sacrificios, que ni soy Dios, ni tengo poder alguno para obrar milagros, antes estoy atado con cadenas de fuego por los ángeles ministros de Jesucristo, cuyo Evangelio predica Bartolomé, Apóstol suyo?
Entonces todos los presentes creyeron en Bartolomé y en Cristo, y el apóstol mando al ídolo que en nombre de Jesucristo, que al instante y sin replica, hiciese pedazos todos los ídolos de la ciudad. Obedeció, y en el mismo punto todos ellos fueron reducidos a polvo, los habitantes echaron sogas a la estatua, derribándola en tierra haciéndola pedazos, en ese momento aparecieron dibujadas en las paredes muchas cruces hechas por una multitud de ángeles y vieron como el demonio Astarot abandonaba el templo, saliendo en figura de un hombrecillo negro, con un rostro horrible y una barba larga, los ojos encendidos como fuego, echando de ellos centellas, por las narices lanzaba un humo negro y hediondo, los cabellos de la cabeza le llegaban hasta el suelo, cubriéndole su cuerpo feísimo y mal hecho. Tenia muchas cadenas de fuego alrededor de si. Era de tan mala figura que el rey y todo el pueblo que le vio quedaron tan espantados y asombrados, el santo apóstol le ordeno que se fuese al desierto y no apareciese mas entre la gente, y él al instante obedeció.
El rey Polemon le ofreció a San Bartolo ricos presentes y dones magníficos, pero el santo apóstol manifestó que no quería otra recompensa mas que la salvación de todas las gentes del reino. Entonces el rey, sus súbditos y doce de las principales ciudades de su reino se hicieron bautizar y aceptar el cristianismo como única religión.
De esta forma san Bartolomé pasara a la historia sagrada como un gran defensor contra el demonio, en la Edad Media se le invocaba constantemente contra las infestaciones diabólicas y también en la realización de exorcismos, los cuales siempre llegaban a buen termino.
EL MARTIRIO DE SAN BARTOLOME
Los sacerdotes de Astarot deseosos de vengarse de las afrentas y humillaciones causadas contra ellos y su ídolo, buscaban la manera de vengarse del glorioso apóstol Bartolomé. La única manera de que se podían vengar era terminando con la vida del gloriosos apóstol, pero el rey Polemon ya no estaba en su dominio, así que ya no podían utilizarlo para su venganza, pero el rey tenia un hermano llamado Astiages el cual reinaba en otra parte de Armenia. Era este rey un gran idolatra supersticioso, y resolvió vengar la afrenta que había hecho contra Astarot aquel desconocido extranjero, así que con engaños los sacerdotes convencieron a San Bartolomé a que fuera a predicar la doctrina de Jesucristo a esa región y el santo apóstol que no deseaba otra cosa que derramar su sangre por su Maestro para seguir sus pasos, corrió presuroso a recibir la palma del martirio.
Apenas había tocado con sus plantas el palacio del rey Astiages fue encadenado, después se le practico el peor de todos los tormentos, desollarlo vivo, el cual estaba muy de moda en esas tierras.
El apóstol Bartolomé fue atado en un árbol, después los verdugos con una saña le arrancaron toda la piel de su santo cuerpo, después de verlo desollado, colocaron en sus carnes vivas mucha sal y ahí lo dejaron, no parecía posible tormento mas cruel, pero el santo lo sufrió con tan invicta paciencia, que hasta los mismos verdugos e infieles quedaron asombrados y todavía en medio de su tormento durante todo el día no dejaba de predicar el Evangelio de Jesucristo.
Al día siguiente al ver que todavía estaba vivo y para terminar con su vida fue crucificado, pero ante este nuevo suplicio no hacia mas que alabar a Dios y bendecir a sus verdugos, al caer la tarde y ver que todavía no moría, fue bajado de la cruz y le cortaron la cabeza, se cree que esto sucedió el día 25 de agosto, y que el día 24 de agosto había sido el suplicio de desollarlo vivo, siendo acaso este el motivo por el que algunas iglesias celebran su fiesta el día 25, que fue el de su muerte, y otras el 24, que fue el de su suplicio, no se le representa crucificado en la iconografía porque ya eran muchos los apóstoles que habían sido crucificados.
El cielo no se quedo sin vengar la muerte de este santo varón con un visible castigo. Así Astiages como todos los sacerdotes, cómplices de su delito, fueron inmediatamente poseídos por el demonio, que después de haberlos atormentado de un modo horrible por espacio de treinta días, al termino de ellos los ahogo a todos en el fondo del mar.
El cuerpo de san Bartolomé fue enterrado pero mucha gente visitaba su tumba en donde se realizaban una multitud de milagros, los paganos enojados y dispuestos a terminar definitivamente con san Bartolo, lo sacaron de la tierra, lo colocaron en una caja de plomo y fue arrojada al mar, pero Dios hizo que llegara maravillosamente a las playas de la isla de Lípari, cerca de Sicilia y en el año 1000 fueron trasladados sus santos restos a Roma por gestiones de Otón III, depositándolos en la iglesia de San Adalberto, en la isla del Tiber, que desde entonces se llamo San Bartolomeo in Insula y llegó a ser título cardenalicio. El cráneo de san Bartolo fue llevado a la catedral de Francfort, en 1238 al principio del otoño, por lo cual el día de San Bartolomé era fiesta en muchas ciudades. Entre los griegos, la fiesta se celebra el 11 de junio, y en el rito latino se efectúa oficialmente el 24 de agosto, con arreglo a un decreto de la Congregación de Ritos del año de 1913.
ICONOGRAFÍA:
En las representaciones artísticas se le representa con cabellos y barba larga, sobre todo en los medallones del siglo V y VI, como un hombre maduro, en algunas otras en el momento de su martirio, siendo desollado. Su vestiduras son una túnica verde y un manto dorado que lleva en su brazo que representa su piel que fue arrancada en su martirio.
El pintor Miguel Ángel lo represento en la pintura del Juicio Final de la Capilla Sixtina con su propia piel en la mano y es el autorretrato del artista.
ATRIBUTOS:
Los atributos son los elementos u objetos con los que comúnmente se representa al apóstol Bartolomé, sus atributos son un cuchillo con el que fue desollado o un demonio encadenado y el libro del evangelio de San Mateo escrito en arameo, el cual llevaba consigo para evangelizar. Retomando lo de su martirio en un canto devocional antiguo se recogen algunos de sus atributos: “No hay ningún Santo que tenga la honra de San Bartolomé, porque tiene cuchillo en la mano, el pellejo al hombro y el diablo a los pies y habéis de saber que este Santo fue martirizado por que predicaba nuestra Santa Fe”. Lo del pellejo al hombro y el cuchillo en la mano esta relacionado con su martirio, lo del demonio encadenado se refiere al milagro que hizo el Santo arrojando con cadenas al demonio que habla por la boca del ídolo y por expulsar el demonio que posesionaba a la hija del rey de Armenia.9
PATROCINIO:
A san Bartolomé se le invoca contra las enfermedades nerviosas, las convulsiones, contra los demonios e infestaciones diabólicas, para pedir la salud , la lluvia y trabajo.
Por ser el apóstol que evangelizo en las Indias Orientales, probablemente se le tomo como patrono de la parroquia de Rincón de Tamayo ya que aquí habitaban indígenas, además de que en España existen muchas iglesias dedicadas en su honor, o tal vez alguien de la familia Tamayo era devota de él. San Bartolomé o san Bartolo como también es conocido, es el patrón de los curtidores, carniceros, quienes trabajan las pieles y el cuero, al igual que de los sastres, por llevar su piel al brazo en forma de capa.
Es el santo patrono de dos parroquias de la diócesis de Celaya, San Bartolo Agua Caliente que se encuentra cerca de Apaseo, y Rincón de Tamayo Gto. En muchas ocasiones aquí en Tamayo cuando no llovía la gente bajaba de su nicho la imagen de San Bartolomé y la sacaba en procesión para pedir la lluvia, la cual llegaba. También dicen que la imagen ha ido creciendo lo que se atribuyen a un milagro, lo cierto es que es una imagen muy antigua, según parece es la original que se trajo de España, solo que cuando se hizo la remodelación del templo también la retocaron, existe otra imagen más pequeña, muy antigua, que traen los de la danza de los “Apaches”, la llevan al templo el día 23 y el domingo después de la fiesta la regresan a una casa.
9 VIDAS DE LOS SANTOS, Editorial Progreso, México 1995.
San Bartolomé, a quien el evangelio cuenta siempre en el sexto lugar en el número de los doce apóstoles (Mt,10, 3; Mc 3, 18; Lc, 6,14) y en séptimo lugar en la lista de los hechos de los apóstoles (Hech, 1, 13) nació en Canà de Galilea, hijo de Tolmai que era pescador, de condición tan humilde como todos los apóstoles, aunque San Agustín no lo incluye en la lista de los apóstoles, alegando erróneamente que era doctor de la Ley, razón por la cual Jesucristo no lo hubiera escogido por discípulo suyo, ya que su designio era escoger a gentes sencillas al propagar la verdad y demostrar, así, que estaban inspirados por el Espíritu Santo y que su misión era divina.
SIGNIFICADO DE SU NOMBRE
Dibujos 2,3,4 y 5
Dibujos que representan a San Bartolomé Apóstol.
El nombre de Bartolomé es un patronímico como lo da a entender su propio nombre; porque Bar en hebreo significa lo mismo que hijo, en este caso es Bar: hijo, Tolomeo: Tolmai, y Tolomeo significa: Cultivador y luchador, entonces el significado completo del nombre Bartolomé es “hijo de Tolmai” en arameo.
El nombre de Tolmai aparece en el Antiguo Testamento en el libro bíblico de Números 13, 23 y en el segundo libro de Samuel 3, 3; y el historiador Flavio Josefo lo cita con el nombre griego de Tholomaios (Libro de antigüedades, XX, 1,1).
¿El nombre de San Bartolomé, y el de Natanael que menciona el apóstol San Juan en su Evangelio designa a una misma persona?
Si, ya que en el Evangelio de san Juan aunque no menciona explícitamente a san Bartolomé pero si lo señala por dos veces en la presencia cerca de Jesús en persona de un discípulo con el nombre de Natanael, nombre derivado también del arameo, que quiere decir; “Don o regalo de Dios”. Parece ser que Bartolomé es un sobre nombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre de Natanael.
Por mucho tiempos se planteo la cuestión de saber si Bartolomé y Natanael son el mismo personaje y esta identificación es verdad, puesto que Bartolomé es un simple patronímico como Barrabbas o Bar-Jonás (“Hijo de Abbas o de Jonàs), que puede usarse solo, pero supone, naturalmente, nombre un propio. Pero además, esta identificación es muy probable porque la vocación extraordinaria de Natanael, consignada en el cuarto Evangelio, es muy clara.
A continuación del relato de su primer encuentro con Jesús, San Juan introduce a nuevos personajes que comienzan a relacionarse con el joven Maestro, y uno de ellos debió ser San Bartolo (nombre personal apocopado como también se le conoce a San Bartolomé), por que San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe lo colocan siempre como compañero de Natanael.
LA VOCACIÓN DE SAN BARTOLOMÉ
La identificación entra Natanael y Bartolomé esta oficializada en la Liturgia católica. Su fiesta es el 24 de agosto y el Evangelio de ese día es Juan 1, 45-51, en el que se narra la vocación de Natanael a quien Jesús llama un israelita de verdad, en el que no hay doblez.
El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús fue para toda su vida una fecha memorable, totalmente inolvidable. El Evangelio de San Juan lo narra de la siguiente manera: Al otro día saliendo Jesús de Galilea se encontró a Felipe y le dijo: “sígueme”. Felipe se encontró a Natanael y le dijo: Hemos encontrado a aquel a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret, y Natanael le respondió: ¿Es que de Nazaret, puede salir algo bueno?, Felipe le dijo: Ven y lo veras. Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: He ahí a un verdadero israelita, en quien no hay engaño. Natanael le pregunta: ¿ Desde cuando me conoces?, y Jesús le respondió: Antes de que Felipe te llamara cuando tu estabas debajo de la higuera, yo te vi, entonces respondió Natanael: Maestro, tu eres el Hijo de Dios, tu eres el Rey de Israel”. Jesús le contesto: Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿Crees?, te aseguro que mayores cosas has de ver, veras a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre. ( Evangelio de Juan 1,43)
Felipe, lo primero que hizo al experimentar el enorme gozo de ser discípulo de Jesús fue ir a invitar a un gran amigo a que se hiciera también seguidor de tan excelente maestro. Era una antorcha que encendía a otra antorcha. Pero nuestro santo al oír que Jesús era de Nazaret (aunque no era de ese pueblo sino de Belén, pero la gente creía que había nacido allí) se extraño, porque aquel era uno de los mas pequeños e ignorados pueblecitos del país, que ni siquiera aparecía en los mapas. Felipe no le discutió a su pregunta pesimista sino solamente le hizo una propuesta: ¡Ven y tú mismo comprobaras que gran Profeta es!.
Fue este Santo apóstol uno de los que más mostraron su generosidad y se fue a seguir a Cristo.
Luego que fue llamado al apostolado, todo lo dejo, y nunca pensó en volver a tomar lo que una vez había dejado. Algunos otros apóstoles después de su vocación, volvieron al ejercicio de pescar, pero San Bartolomé no se aparto de su divino Maestro, siendo uno de los más ansiosos por acompañarle a todas partes, de los más concentrados en sus conversaciones, de los más atentos a sus discursos, y de los más adictos a su divina persona. Hacía fiel compañía a Cristo, y fue el más continuo testigo de sus milagros. En Caná, patria de Bartolomé, asistió Jesús con su madre a una boda y en presencia de los invitados y de sus apóstoles, entre ellos San Bartolomé, fueron testigos del milagro que hizo convirtiendo el agua en vino. También se encontró presente en Cafarnaum cuando Jesús sano al criado del centurión; en Naim, cuando resucito al hijo de la viuda.
Hacía mucho tiempo que el Señor, acompañado de sus apóstoles, iba de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando sin cesar en las sinagogas. En una ocasión Cristo mando a sus apóstoles a predicar de dos en dos, fue nombrado san Bartolomé por compañero de san Felipe, y se mostraron como unos de los más celosos de la salvación de las almas. En todas partes predicaban las máximas evangélicas e invitaban a la penitencia, daban salud a los enfermos y lanzaban los demonios de los cuerpos. En fin, volvieron después gozosos de haber lanzado demonios y sanar de enfermedades incurables.
Fueron tres largos años de aprendizaje y convivencia con el Maestro, pero al llegar el momento en que tenia que sufrir Cristo, fue general la consternación en todos los apóstoles, aunque ya estaban muy prevenidos por todo lo que habían oído decir al Hijo de Dios acerca de su pasión. Con todo esto se llenaron de tristeza, de espanto y pavor. Sobrecogió tanto el dolor a Bartolomé al ver en ese primer viernes santo a su divino Maestro tan maltratado y muerto. Bartolo permaneció encerrado junto con los demás apóstoles por tres días, en la casa o el cenáculo, en donde se habían hospedado para derramar continuas lagrimas de dolor y pesar, pero estas fueron limpiadas con la resurrección del Salvador, y en aquel domingo de Resurrección por la tarde, Cristo se presenta resucitado y les dice a sus apóstoles: La paz sea con ustedes. Yo soy, no tengan miedo, mirad mis llagas.
San Bartolomé fue testigo ocular de la Ascensión de Jesús a los cielos y diez días mas tarde recibió el Espíritu Santo, quedando así lleno de los dones del Señor.
El Maestro había dicho que fueran a predicar su doctrina por todo el mundo, así que los apóstoles se dividieron entre si las provincias del mundo conocido, para dar a conocer el mensaje evangélico y de esta manera cumplir el mandato del Señor Jesús: “Ir por todo el mundo y predicar el Evangelio”.
LA MISIÓN DE SAN BARTOLOMÉ:
Según las actas de San Felipe, a San Bartolomé le toco predicar en Licaonia y en la Frigia (en Asia menor), y según el libro el Martirio de San Bartolomé (que es una pasión legendaria sobre el martirio del santo, que se encuentra en dos traducciones, una en griego y otra en latín), habría predicado en el Panto y el Bósforo; según otra tradición que se remonta a Panteno y recoge el escritor Eusebio en su libro de Historia, el apóstol habría predicado en las Indias Orientales, en donde habría llevado consigo el Evangelio de San Mateo escrito en arameo, después viajo a Etiopía y a la Arabia feliz, según referencias del historiador Rufino . Después paso a Mesopotamia, Persia y Armenia.
El santo apóstol extendió las luces de la fe e cristiana en todas los pueblos y ciudades por donde pasaba, realizando un sin numero de milagros atrayendo así mas adeptos a la obra de Dios.
San Juan Crisóstomo comenta que hasta los mismos incrédulos se admiraban de aquel repentino cambio de costumbres, y que en las regiones por donde transitaba San Bartolomé se miraba con asombro la pureza, la templanza y las demás grandes virtudes que resplandecían en los nuevos cristianos.
En cada una de las provincias dejaba operarios, consagrando diáconos, sacerdotes y obispos, formados de su propia mano para que continuaran y preservaran su obra.
Después de permanecer por un tiempo en este lugar paso a la Armenia, por que le habían dicho que ese lugar era el campo más fértil para ganar nuevos adeptos a la doctrina cristiana.
LOS MILAGROS DE SAN BARTOLOMÉ APOSTOL
Cuenta el testimonio de san Isidoro, Eusebio y Nicéforo, convertido luego en tradición de la Iglesia, que en una ocasión San Bartolomé Apóstol, habiendo predicado el Evangelio en Licaonia, paso a la India y después a Armenia, y en una ciudad de este lugar entro en un templo donde era adorado el ídolo de Astarot (también conocido como Astarté, uno de los tantos nombres que se le dan al diablo).
Estaban allí muchos enfermos esperando ser sanados por aquel demonio, el cual, por ser muy astuto, usaba el engaño con aquella miserable gente, permitiendo esto Dios por sus grandes pecados que cometían. El demonio a unos los cegaba, a otros los impedía de sus miembros, pies o manos, haciendo mil y un males mas. Después daba orden de que se los trajesen a su presencia en aquel templo, y sus sacerdotes le rogaban que los sanase, y el ídolo los sanaba de todo mal y aquellos que no podía curar se excusaba diciendo que era la culpa de ellos por no creer en el por lo que no sanaban. Además de estos engaños que hacia Astarot, daba también oráculos, avisando de cosas que habían de suceder, y como solo adivinaba al azar, a veces acertaba, en otras mentía, aunque nunca le faltaron modos para que aceptaran sus mentiras. Por todo esto era muy famoso aquel ídolo y gente de varias partes del mundo conocido asistían a recibir ayuda del ídolo, por lo que los sacerdotes obtenían miles de ganancias, y el mismo rey de Armenia, llamado Polemon, era muy devoto del ídolo aunque nunca le había podido sanar a su hija que había enloquecido. Llego San Bartolo a la ciudad y entrando en el templo, el ídolo enmudeció, sin proferir oráculos y sin volver a curar enfermos.
Habiendo visto esto los sacerdotes de Astarot, y sin poder consultar al ídolo sobre lo ocurrido, acordaron preguntar a otro ídolo que tenia un demonio llamado Berit, en otra ciudad cercana, sobre lo ocurrido con Astarot. Al preguntarle los sacerdotes porque Astarot no hablaba, el ídolo Berit respondió: Porque Bartolomé, apóstol del verdadero Dios, entro en esa ciudad y templo, y ahora tienen a Astarot encadenado con cadenas de fuego, porque Dios lo protege y ase oración cien veces al día y otras tantas a la noche, siempre lo veo acompañado de una prodigiosa multitud de ángeles que le escoltan y le defienden, por favor, ruéguenle de que no venga aquí, para que no me suceda lo mismo que Astarot.
Quedo el pueblo tan admirado de este testimonio y los sacerdotes buscaron varias formas de acabar con el, pero al llegar el testimonio de Berit a oídos del rey Polemon, quiso conocer personalmente al apóstol y le pidió que curase a su hija, cosa que el demonio no había podido porque era el demonio el que tenia poseída a la hija del rey, para así tener esclavizado al rey. La hija desde hacia tiempo estaba muy trastornada y hacia muchas locuras grandísimas: A manera de perro rabioso mordía y despedazaba todo lo que llegaba a sus manos, tanto que era necesario tenerla atada con cadenas. San Bartolomé la hizo llevar a su presencia, la desato de las cadenas y arrojo fuera de ella al demonio, quedando completamente sana, siendo esto de gran consuelo para sus padres, entonces San Bartolo llevo a toda la gente y al rey al templo del ídolo, en donde estaban los sacerdotes y estando todos callados se oyó una voz terrible y espantosa del mismo ídolo, que dijo:
Oh gente miserable y ciega, ¿Por qué me ofrecéis a mi sacrificios, que ni soy Dios, ni tengo poder alguno para obrar milagros, antes estoy atado con cadenas de fuego por los ángeles ministros de Jesucristo, cuyo Evangelio predica Bartolomé, Apóstol suyo?
Entonces todos los presentes creyeron en Bartolomé y en Cristo, y el apóstol mando al ídolo que en nombre de Jesucristo, que al instante y sin replica, hiciese pedazos todos los ídolos de la ciudad. Obedeció, y en el mismo punto todos ellos fueron reducidos a polvo, los habitantes echaron sogas a la estatua, derribándola en tierra haciéndola pedazos, en ese momento aparecieron dibujadas en las paredes muchas cruces hechas por una multitud de ángeles y vieron como el demonio Astarot abandonaba el templo, saliendo en figura de un hombrecillo negro, con un rostro horrible y una barba larga, los ojos encendidos como fuego, echando de ellos centellas, por las narices lanzaba un humo negro y hediondo, los cabellos de la cabeza le llegaban hasta el suelo, cubriéndole su cuerpo feísimo y mal hecho. Tenia muchas cadenas de fuego alrededor de si. Era de tan mala figura que el rey y todo el pueblo que le vio quedaron tan espantados y asombrados, el santo apóstol le ordeno que se fuese al desierto y no apareciese mas entre la gente, y él al instante obedeció.
El rey Polemon le ofreció a San Bartolo ricos presentes y dones magníficos, pero el santo apóstol manifestó que no quería otra recompensa mas que la salvación de todas las gentes del reino. Entonces el rey, sus súbditos y doce de las principales ciudades de su reino se hicieron bautizar y aceptar el cristianismo como única religión.
De esta forma san Bartolomé pasara a la historia sagrada como un gran defensor contra el demonio, en la Edad Media se le invocaba constantemente contra las infestaciones diabólicas y también en la realización de exorcismos, los cuales siempre llegaban a buen termino.
EL MARTIRIO DE SAN BARTOLOME
Los sacerdotes de Astarot deseosos de vengarse de las afrentas y humillaciones causadas contra ellos y su ídolo, buscaban la manera de vengarse del glorioso apóstol Bartolomé. La única manera de que se podían vengar era terminando con la vida del gloriosos apóstol, pero el rey Polemon ya no estaba en su dominio, así que ya no podían utilizarlo para su venganza, pero el rey tenia un hermano llamado Astiages el cual reinaba en otra parte de Armenia. Era este rey un gran idolatra supersticioso, y resolvió vengar la afrenta que había hecho contra Astarot aquel desconocido extranjero, así que con engaños los sacerdotes convencieron a San Bartolomé a que fuera a predicar la doctrina de Jesucristo a esa región y el santo apóstol que no deseaba otra cosa que derramar su sangre por su Maestro para seguir sus pasos, corrió presuroso a recibir la palma del martirio.
Apenas había tocado con sus plantas el palacio del rey Astiages fue encadenado, después se le practico el peor de todos los tormentos, desollarlo vivo, el cual estaba muy de moda en esas tierras.
El apóstol Bartolomé fue atado en un árbol, después los verdugos con una saña le arrancaron toda la piel de su santo cuerpo, después de verlo desollado, colocaron en sus carnes vivas mucha sal y ahí lo dejaron, no parecía posible tormento mas cruel, pero el santo lo sufrió con tan invicta paciencia, que hasta los mismos verdugos e infieles quedaron asombrados y todavía en medio de su tormento durante todo el día no dejaba de predicar el Evangelio de Jesucristo.
Al día siguiente al ver que todavía estaba vivo y para terminar con su vida fue crucificado, pero ante este nuevo suplicio no hacia mas que alabar a Dios y bendecir a sus verdugos, al caer la tarde y ver que todavía no moría, fue bajado de la cruz y le cortaron la cabeza, se cree que esto sucedió el día 25 de agosto, y que el día 24 de agosto había sido el suplicio de desollarlo vivo, siendo acaso este el motivo por el que algunas iglesias celebran su fiesta el día 25, que fue el de su muerte, y otras el 24, que fue el de su suplicio, no se le representa crucificado en la iconografía porque ya eran muchos los apóstoles que habían sido crucificados.
El cielo no se quedo sin vengar la muerte de este santo varón con un visible castigo. Así Astiages como todos los sacerdotes, cómplices de su delito, fueron inmediatamente poseídos por el demonio, que después de haberlos atormentado de un modo horrible por espacio de treinta días, al termino de ellos los ahogo a todos en el fondo del mar.
El cuerpo de san Bartolomé fue enterrado pero mucha gente visitaba su tumba en donde se realizaban una multitud de milagros, los paganos enojados y dispuestos a terminar definitivamente con san Bartolo, lo sacaron de la tierra, lo colocaron en una caja de plomo y fue arrojada al mar, pero Dios hizo que llegara maravillosamente a las playas de la isla de Lípari, cerca de Sicilia y en el año 1000 fueron trasladados sus santos restos a Roma por gestiones de Otón III, depositándolos en la iglesia de San Adalberto, en la isla del Tiber, que desde entonces se llamo San Bartolomeo in Insula y llegó a ser título cardenalicio. El cráneo de san Bartolo fue llevado a la catedral de Francfort, en 1238 al principio del otoño, por lo cual el día de San Bartolomé era fiesta en muchas ciudades. Entre los griegos, la fiesta se celebra el 11 de junio, y en el rito latino se efectúa oficialmente el 24 de agosto, con arreglo a un decreto de la Congregación de Ritos del año de 1913.
ICONOGRAFÍA:
En las representaciones artísticas se le representa con cabellos y barba larga, sobre todo en los medallones del siglo V y VI, como un hombre maduro, en algunas otras en el momento de su martirio, siendo desollado. Su vestiduras son una túnica verde y un manto dorado que lleva en su brazo que representa su piel que fue arrancada en su martirio.
El pintor Miguel Ángel lo represento en la pintura del Juicio Final de la Capilla Sixtina con su propia piel en la mano y es el autorretrato del artista.
ATRIBUTOS:
Los atributos son los elementos u objetos con los que comúnmente se representa al apóstol Bartolomé, sus atributos son un cuchillo con el que fue desollado o un demonio encadenado y el libro del evangelio de San Mateo escrito en arameo, el cual llevaba consigo para evangelizar. Retomando lo de su martirio en un canto devocional antiguo se recogen algunos de sus atributos: “No hay ningún Santo que tenga la honra de San Bartolomé, porque tiene cuchillo en la mano, el pellejo al hombro y el diablo a los pies y habéis de saber que este Santo fue martirizado por que predicaba nuestra Santa Fe”. Lo del pellejo al hombro y el cuchillo en la mano esta relacionado con su martirio, lo del demonio encadenado se refiere al milagro que hizo el Santo arrojando con cadenas al demonio que habla por la boca del ídolo y por expulsar el demonio que posesionaba a la hija del rey de Armenia.9
PATROCINIO:
A san Bartolomé se le invoca contra las enfermedades nerviosas, las convulsiones, contra los demonios e infestaciones diabólicas, para pedir la salud , la lluvia y trabajo.
Por ser el apóstol que evangelizo en las Indias Orientales, probablemente se le tomo como patrono de la parroquia de Rincón de Tamayo ya que aquí habitaban indígenas, además de que en España existen muchas iglesias dedicadas en su honor, o tal vez alguien de la familia Tamayo era devota de él. San Bartolomé o san Bartolo como también es conocido, es el patrón de los curtidores, carniceros, quienes trabajan las pieles y el cuero, al igual que de los sastres, por llevar su piel al brazo en forma de capa.
Es el santo patrono de dos parroquias de la diócesis de Celaya, San Bartolo Agua Caliente que se encuentra cerca de Apaseo, y Rincón de Tamayo Gto. En muchas ocasiones aquí en Tamayo cuando no llovía la gente bajaba de su nicho la imagen de San Bartolomé y la sacaba en procesión para pedir la lluvia, la cual llegaba. También dicen que la imagen ha ido creciendo lo que se atribuyen a un milagro, lo cierto es que es una imagen muy antigua, según parece es la original que se trajo de España, solo que cuando se hizo la remodelación del templo también la retocaron, existe otra imagen más pequeña, muy antigua, que traen los de la danza de los “Apaches”, la llevan al templo el día 23 y el domingo después de la fiesta la regresan a una casa.
9 VIDAS DE LOS SANTOS, Editorial Progreso, México 1995.
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